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au fil liturgie rameauxYo soy el camino de la ALEGRÍA...

En la Regla de San Benito en el capítulo 49: "El monje... esperará la Santa Pascua con la alegría del deseo espiritual". Aquí estamos a pie de obra… […] ¿No va San Benito contra el clima que a menudo prevalece, al menos en Occidente, durante la Cuaresma, la Pasión, la Semana Santa: no ponemos la alegría en cuarentena? Hemos expurgado meticulosamente nuestro Oficio de todos los aleluyas (cuidadosamente colocados en la sacristía de las fiestas para que también pueda esperar la Pascua con la ALEGRÍA que expresa). ¿No se ha desplazado la Alegría a la cabecera de este moribundo que no cesa de subir hacia Jerusalén y la Cruz?

 

[Jesús y los suyos] parten hacia el monte de los olivos, y precisamente alli lo hemos escuchado confiarnos, mientras nuestros ojos amenazaban el sueño, y nuestro corazón, el aburrimiento: Mi alma está triste hasta la muerte... No tenía razón Qohelet al decir: Hay un tiempo para nacer... un tiempo para morir... un tiempo para reír y un tiempo para llorar. ¿No habría un tiempo para el Viernes Santo y un tiempo para la Pascua? Esta pregunta, es a nuestras alegrías a quien la debemos hacer. Y San Benito añadiría: de la alegría del Espíritu Santo debemos esperar la respuesta.

De hecho, la alegría no está ausente de los seis días que la liturgia ha reunido en esta celebración del Domingo de Ramos y de la Pasión. Se encuentra en algunos de sus aspectos más familiares:

- Alegría de la multitud acogiendo a su rey (alegría servil, alegría versátil)… y en contraste, la soledad devastada de Getsemaní.

- Alegría de los sacerdotes acogiendo la buena nueva de la traición que Judas trama (alegría sórdida, alegría engañosa)… y en contraste, los discípulos se ponen tristes cuando Jesús denuncia esta felonía.

- Alegría y burlas de la soldadesca en casa de Pilatos, o de los jefes de los sacerdotes y de los escribas en el Calvario (alegría malvada, alegría mala)… y en contraste, el grito del centurión cuando todo ha terminado y no hay más que él para retomar en la fe desnuda el grito de la muchedumbre: Hosanna al hijo de David… Hosanna al verdadero hijo de Dios.

Fijos los ojos en el pionero y consumador de la fe, Jesús; él por la dicha que le esperaba, sobrellevó la cruz, despreciando la ignominia (Hebreos 12,2)… Y es la carta a los Hebreos la que nos ayuda a situar esta difícil alegría en su propio registro, el de la educación: tenemos que aprender todo de la Cruz, si queremos ser hijos al estilo del Hijo unigénito. [… ]

La alegría ha de ser cosechada en el dolor. Comprended así la actitud de Cristo que lleva a sus discípulos con Él a la cruz y espera que la reciban como una "educación" a la alegría, motivada por ella (la Cruz), y renaciendo de ella (la Cruz).  Yo soy el camino… de la Alegría, de la Alegría de después. Es necesaria una muerte a uno mismo… […] San Pablo: reboso alegría en medio de todas mis penalidades... Santiago: Teneos por muy dichosos, hermanos míos, cuando os vean asediados por pruebas de todo género... San Pedro: En la medida en que participáis en los sufrimientos de Cristo, alegraos… porque el Espíritu de la Gloria, el Espíritu de Dios descansa sobre vosotros.

H. Christian, extractos de la homilía para el Domingo de Ramos, 31 de marzo 1985