Desde 1994 hasta agosto de 1996, al igual que los 7 hermanos de Tibhirine, otros 12 religiosos y religiosas entregaron sus vidas. Todas y todos, así como muchos otros, afortunadamente todavía vivos, habían elegido libremente en estos años negros permanecer fieles a la Iglesia de Argelia y a sus amigos y vecinos argelinos.
La diócesis de Argel ha iniciado un proceso de beatificación que incluye a estos 19 mártires en la misma causa. Son indisociables y esta página tiene por objeto presentarlos apoyándose en los textos y fotografías de un folleto realizado por la diócesis de Argel y el hermano Giovanni Bigotto.
Estos 19 mártires de la Iglesia de Argelia vivían todos apasionados por su Iglesia, de la que eran servidores entregados y solícitos, apasionados también por Argelia y por su pueblo, donde habían tejido sus amistades. Humildes y gentiles, el Señor irradiaba en su corazón, en su vida, en su silencio. Ellos testimonian una fe decantada, límpida, la fe de quienes preparan en la oración y en la presencia el espacio del diálogo.
Son una imagen muy hermosa de la Iglesia de Argelia: pequeña, unos pocos miles de fieles, dispersos en cuatro diócesis: Argel, Orán, Constantine-Hipona y Laghouat. Iglesia viva por su pobreza, porque ha perdido su poder social y su esplendor. Vive el amor y el servicio a diario.
Así, purificada y sin ambiciones, puede ser una cabeza de puente para el diálogo con el Islam. La pequeña Iglesia de Argelia es consciente de que tiene una misión profética, la de crear para el mañana un clima para un diálogo más pacífico entre la fe cristiana y la musulmana, con la certeza de que todos somos hijos de Dios, obra de sus manos, y de que los hijos de Dios finalmente se reconocerán.
Para la mayoría musulmana de los argelinos, la Iglesia de Argelia significa el otro, lo que es diferente, lo que permite tomar conciencia de su identidad y de su propia fe; lo que, por su diferencia y su presencia, suscita el respeto del hombre.
La Iglesia de Argelia no olvida que es la heredera de san Agustín, de san Cipriano, de Tertuliano, todos hombres de luz que han preparado tiempos de cambio.
El profetismo de la pequeña Iglesia de Argelia iluminará el horizonte del mañana. No en vano sus mártires murieron con un gran número de hermanos musulmanes. Juntos interceden para que nuestra humanidad sea más acogedora, más tolerante, más humana y capaz de glorificar a Dios en su diversidad.
Hermano Henri Vergès - Hermano Marista
Un hombre que siempre ha tendido hacia la claridad y la simplicidad.
Nacido el 15 de julio de 1930 en los Pirineos Orientales, Francia, a los 12 años, comienza su itinerario hacia la vida marista. A los 22 años, pronuncia sus votos perpetuos como Pequeño Hermano de María. De 1958 a 1966 fue submaestro de novicios en Corrèze (Notre-Dame de Lacabane).
El 6 de agosto de 1969 llega a Argelia. Su vida apostólica en este país conoce tres etapas: de 1969 a 1976 fue director de la escuela Saint-Bonaventure, en Argel; de 1976 a 1988 fue profesor de matemáticas en Sour-El-Ghozlane; a partir de 1988 trabajó en Argel, como responsable de la biblioteca de la diócesis que frecuentan más de mil jóvenes del barrio popular de la Casbah.
Fue asesinado en su oficina de trabajo, junto con la hermana Paul-Hélène, el 8 de mayo de 1994, a primeras horas de la tarde.
En su funeral, el jueves 12 de mayo, en la fiesta de la Ascensión, el cardenal Duval declara: «El querido hermano Henri fue testigo auténtico del amor de Cristo, del desinterés absoluto de la Iglesia y de la fidelidad al pueblo argelino.»
Henri resumía así su experiencia vivida en la casa del Islam: “… Fue mi compromiso marista lo que me permitió, a pesar de mis limitaciones, insertarme armoniosamente en el medio musulmán, y mi vida en este ambiente, a su vez, me realizó más profundamente como cristiano marista. Alabado sea el Señor.”
En 1986 escribía: “Que la paz de Cristo me invada cada vez más íntimamente en mi ser. Paciencia y dulzura para mí, paciencia y dulzura para todos, especialmente para los jóvenes que el Señor me ha confiado. Virgen María, hazme un instrumento de paz para el mundo.”
“Paciencia, perseverancia, calma tranquila. Como el sembrador que confía su semilla a la tierra y deja que el tiempo de Dios realice su obra. Actitud esencial para un educador: especialmente porque no conozco el ritmo y el momento de crecimiento de cada uno de estos jóvenes. Dios simplemente me envió a sembrar trigo en un campo que él eligió: sembrar en la paz y dejar que él se encargue del crecimiento. Sin asombrarse de la presencia de la Cruz como el propio Jesús en su vida.”
Hermana Paul-Hélène Saint-Raymond - Hermanita de la Asunción
Nace en París el 24 de enero de 1927. Estudia ingeniería y entra en el 1952 en la congregación de las Hermanitas de la Asunción, donde pronuncia sus votos perpetuos en 1960.
De 1954 a 1957, ejerce la profesión de trabajadora familiar en las familias obreras de Creil, después cursa sus estudios de enfermería, profesión que la lleva a los barrios obreros de París.
A lo largo de estos años, su sentido misionero y su disponibilidad aumentan y escribe en vísperas de sus votos perpetuos: "Yo también me creería misionera, tanto al servicio de Dios y de la Iglesia, aquí y en otras partes, en un pequeño rincón de París o en Sudamérica… pero tengo el deseo profundo de una disponibilidad total… donde Dios quiera."
En 1963 fue enviada a Argel. Permaneció allí hasta 1974, luego pasó un año en Túnez, 9 años en Casablanca, para regresar a Argel en 1984.
Durante su primera estancia en Argel es la piedra angular del Centro Medico-social de las Hermanitas de la Asunción, que ofrece a la población pobre del barrio de Sources un servicio a domicilio: enfermería, trabajo familiar y un dispensario privado.
En Casablanca, es responsable de un servicio de prematuros. También presta especial atención a los que, por razones políticas, viven en la clandestinidad.
Regresó a Argelia en 1984 y vive en una comunidad en Ksar el Boukhari, donde es enfermera escolar.
En 1988 se unió a la comunidad de Belcourt en Argel y trabajó en la biblioteca de la Casbah con el hermano Henri Vergès.
Allí será asesinada, junto con el hermano Henri Verges, el 8 de mayo de 1994.
En el último período vivido en Argelia, Paul-Hélène se siente muy interpelada por la violencia y dice: “Cada uno de nosotros debe comenzar a luchar contra su propia violencia.”
Cuando el obispo de Argel le advierte sobre los riesgos que corre la comunidad: “Padre, nuestras vidas ya están entregadas.”
Una hermana testimonia sobre ella: “Su vida fue entregada libremente a todos aquellos pequeños y pobres que acogió y amó apasionadamente, y de quienes dijo que recibió muchísimo. Su anunciar a Cristo en la sociedad musulmana ha sido para ella: respeto por la religión del otro, profundización de su fe cristiana, la exigencia de vivir según el Evangelio…”
Hermana Esther Paniagua Alonso - Hermana Agustina Misionera
Nace en Izagre (León, España), el 7 de junio de 1949, hija de Dolores Alonso y de Nicasio Paniagua.
Inquieta y en busca, descubre la llamada a la vida religiosa. A los 18 años entra en el noviciado de la Congregación de las Hermanas Agustinas Misioneras. En agosto de 1970 pronuncia sus votos perpetuos.
Después de estudiar enfermería, es enviada a Argelia, donde con su particular sensibilidad entra en contacto con el mundo árabe. Asidua en la meditación de la Biblia, también le gusta leer el Corán para comprender mejor la espiritualidad de los hermanos a quienes sirve. Ella trabaja como enfermera y cuida a niños discapacitados que la llaman "nuestro ángel".
Cuando se le pregunta si tiene miedo de la situación del país, responde: “Nadie puede quitarnos la vida, porque ya la hemos dado... nada nos pasará porque estamos en las manos de Dios... y si algo nos sucede, estaremos en las manos de Dios.”
En el encuentro de discernimiento para quedarse o partir, decía a sus hermanas: “En este momento, el modelo perfecto para mí es Jesús: sufrió, tuvo que superar dificultades y llegó a la derrota de la cruz de la que brota la fuente de la vida.”
Su libro favorito era la Biblia que iluminaba su vida llena de luces y sombras. También leía el Corán para conocer mejor la fe de la gente y le gustaba leer los místicos y los sufíes del mundo musulmán.
Hermana Caridad Álvarez Martín - Hermana Agustina Misionera
Nace en Santa Cruz de la Salceda (Burgos), España, el 9 de mayo de 1933, en el hogar de Sotera Martín y Constantino Álvarez.
En 1955 entra en la Congregación de las Hermanas Agustinas Misioneras.
Enviada a Argelia y totalmente entregada a su misión, hace los votos perpetuos el 3 de mayo de 1960. Su delicada salud la hace volver a España. Una vez recuperada, regresa a Argelia y permanece allí más de 30 años. Se ocupa principalmente de las personas mayores y de los pobres.
Al comienzo de la violencia de la guerra civil, ni siquiera piensa por un momento en abandonar a ese "pueblo" que la recibió y al que ella ha servido y amado profundamente. Dice: “Estoy abierta a lo que Dios y mis superiores quieran de mí. María ha estado abierta a la voluntad de Dios. En el momento presente, quiero permanecer en esta actitud ante Dios.”
Todos los días recitaba el rosario y este amor a la Virgen María la identificaba como persona consagrada.
El 23 de octubre de 1994, de camino hacia la Eucaristía dominical, es asesinada con la hermana Esther.
Los 4 Misioneros de África (Padres Blancos)
Jean Chevillard
Nació en Angers (Francia) el 27 de agosto de 1925. Con los estudios terminados, entra en los Padres Blancos.
Es la guerra. A los 16 años, logra llegar al norte de África. Allí hará su juramento misionero el 29-06-1949 y será ordenado sacerdote el 01-02-1950 en Cartago. Destinado en Argelia, permanecerá allí casi toda su vida: responsable de centros de formación, superior regional, ecónomo regional. Fue asesinado el día de su santo, el 27 de diciembre de 1994, en Tizi-Ouzou.
Estaba en su oficina, recibiendo gente, grabando información y enviando correspondencia. Alrededor del mediodía, fue arrancado de allí por cuatro hombres armados. El P. Pierre Georgin, superior regional, decía: “Esta seriedad del hombre del deber, la encontré en él en tal grado que se convertía en heroísmo.»
En las cábilas de las montañas, mientras la violencia crece en toda Argelia, Juan se sabe expuesto: “Sé que puedo morir asesinado. Nuestra vocación es dar testimonio de la fe cristiana en la tierra musulmana. Para el resto "Insch Allah".”
Una de sus hermanas le preguntaba, en septiembre de 1994: ¿Por qué regresas allí? Él contestaba: “Vuelvo allí para testimoniar. Allí está mi casa, cerca de mis amigos bereberes. Sobre todo si muero, quiero ser enterrado allí.”
Alain Dieulangard
Nació el 21 de mayo de 1919 en St-Brieuc (Francia). Estudió derecho y terminó en 1943.
Ese mismo año es admitido en los Padres Blancos. Juró en Thibar el 29-06-1949 y fue ordenado sacerdote el 1 de febrero de 1950.
Destinado a Argelia, pasó toda su vida misionera, especialmente en Kabylie, trabajando en la administración y la educación. Hombre de Dios, buscando lo absoluto.
“Cuando el Padre Alain comienza a hablarme de Dios, me acuerdo que cierra los ojos - recuerda Amar - y, con dulzura, deja caer sus palabras en voz tan baja que debo esforzarme para oír: hay que amar a Dios Padre, nuestro refugio y nuestra vida, amando también a nuestros hermanos en el Señor Jesucristo; esto es lo que nos repite.”
Antes de su muerte escribió: “Al igual que los apóstoles en el lago, no tenemos nada más que hacer que clamar al Señor para despertarlo... nuestro futuro está en las manos de Dios.”
Fue asesinado a tiros en el patio de la misión el 27 de diciembre de 1994.
Charles Deckers
Nació en Amberes (Bélgica) el 26 de diciembre de 1924.
Al final de sus estudios, se unió a los Padres Blancos. Él prestará juramento el 21-07-1949 y será ordenado sacerdote el 08-04-1950. Estudia árabe en Túnez. En 1955, en Tizi-Ouzou, aprendió el berebere y se convirtió en responsable de un centro juvenil. Durante 3 años animó en Bruselas el Centro El Kalima, un centro de recursos para el diálogo y el diálogo entre cristianos e inmigrantes musulmanes.
En 1982 fue a Yemen, pero en 1987 regresó a Argelia, como párroco de Nuestra Señora de África.
En Kabyles fue muy popular durante las celebraciones de enero de 2005. Su nombre se repite a menudo en los testimonios: "Conocí al padre Deckers, guardo en la memoria a un testigo, recuerdo la imagen de este sembrador de esperanza para los más desesperados. ... con esta serenidad que emana sólo de los santos..."
Es consciente de los peligros que corre: “Yo sé bien que mis actividades ponen en peligro mi vida. En este lugar está mi vocación, yo permanezco… Nuestra Señora de África queda a merced de un acto insensato. En la diócesis pensamos que el mantenimiento de la presencia de la Iglesia es importante, tanto para la Iglesia misma como para el país.”
El 27 de diciembre de 1994, toma la carretera para celebrar el santo de su amigo Jean Chevillard. Unos minutos después de su llegada, es asesinado en el patio de la misión.
Christian Chessel
Nació en Digne (Francia) el 27 de octubre de 1958. Después de obtener su título de ingeniero en 1981, realizó dos años de cooperación en Costa de Marfil, y en 1985 ingresó a los Padres Blancos. Es en Roma donde Christian hace su juramento misionero el 26-11-1991, extraña coincidencia, su mano derecha descansa en las páginas de un Evangelio de San Lucas en idioma árabe, que se encontró entre los restos del P. Richard asesinado en el Sahara en 1881. Fue ordenado sacerdote el 28 de junio de 1992. De regreso en Tizi-Ouzou, preparó el proyecto de una biblioteca para estudiantes.
Una joven argelina, Zakia, dijo de él tras su muerte: “A los familiares de nuestro joven padre Christian les diría: sabed que en sus últimos días, Christian estaba muy feliz. Había podido iniciar el proyecto, tan querido para él, de construir una biblioteca para los jóvenes de Tizi-Ouzou.”
A principios de noviembre de 1994, Christian fue al monasterio de Tibhirine para unirse al grupo Ribât-el-Salam (Lazo de la Paz). Escribe: "Siento la necesidad de equilibrar (mi vida) con una dimensión más espiritual y algo más simple y vivirla".
Una ráfaga de ametralladora termina con su vida el 27 de diciembre de 1994, en el patio de Tizi-Ouzou.
Jeanne Littlejohn
Hermana Angèle-Marie - Hermana de Notre-Dame des Apôtres
Jeanne Littlejohn nace en Túnez el 22/11/1933. En 1957, Jeanne entra en el postulantado y recibe el nombre de Angèle-Marie. Hace sus primeros votos el 8/9/1959 y se va a Argelia, a Bouzarea, donde las Hermanas tienen un orfanato y un internado para chicas jóvenes.
Permanece allí desde 1959 hasta 1964, encargada de las pequeñas y como monitora de bordado. En 1964, cuando se inauguró la Escuela de Arte de Argel en Belcourt, fue como maestra de bordado. Permaneció allí hasta su muerte.
Paciente, cercana y sencilla con las niñas, desea inculcarles el amor al arte, al trabajo bien hecho; les habla en su lengua. La Hermana Angèle-Marie está profundamente apegada a Argelia, a sus habitantes, a su misión, compartiendo con este pueblo las alegrías y las penas.
Cuando el Padre Bonamour, su párroco, recuerda el peligro e invita a las hermanas a estar preparadas, ellas responden: “Estamos listas”.
Al salir de la misa en la tarde del domingo 3 de septiembre de 1995, una hermana comparte con ella su miedo ante la violencia. Angèle-Marie le responde: “No debemos tener miedo. Solo tenemos que vivir bien el momento presente... el resto no nos pertenece.”
Su misión terminó en esa paz y sencillez. Unos diez minutos después, de camino a casa, la hermana Angèle-Marie es asesinada con la hermana Bibiane, su compañera.
Denise Leclercq
Hermana Bibiane - Hermana de Notre-Dame des Apôtres
Denise Leclercq nació el 8 de enero de 1930 en Gazerau, Francia. Entró en las Hermanas de Nuestra Señora de los Apóstoles el 4 de marzo de 1959. Después de sus primeros votos el 8 de marzo de 1961, es enviada a Argelia a la maternidad de Constantine.
Buena colaboradora, atenta a las necesidades de los demás, la hermana Bibiane destaca en la atención a los recién nacidos y a las madres. En 1964 está en Argel, responsable de un centro de costura, bordado artístico, puericultura, reservado a las jóvenes sin estudios.
Las hermanas reciben a las niñas de entornos desfavorecidos y visitan a sus familias. Estas gestiones permiten a la hermana Bibiane descubrir las grandes miserias materiales y morales de las mujeres argelinas. Les da testimonio de Jesucristo con el “silencio de las palabras” y con las acciones de su vida.
En 1994 hay que tomar una decisión: ¿quedarse o partir? La respuesta de la hermana Bibiane es clara: “Son las mismas personas que pidieron tenernos como hermanas, las que ahora nos piden que nos quedemos. Estoy muy triste, me siento impotente ante tanto sufrimiento, pero sé que Dios ama a esta gente y tengo una gran confianza en María, Señora de África. Jesús dijo: "el Padre te dará todo lo que pidas en mi nombre"... Su luz me ayuda a descubrir maravillas ocultas, gestos de sorprendente solidaridad, actos de generosidad, de valor sobrehumano: el Espíritu está obrando en sus corazones. La Palabra de Dios me ayuda a seguir escuchando para ser una palabra de esperanza para ellos: Elijo quedarme.”
Con esta libertad interior, saliendo de misa el 3 de septiembre de 1995, a unos cien metros de la casa, la hermana Bibiane es asesinada con la hermana Angèle-Marie.
Hermana Odette Prévost - Hermanita del Sagrado Corazón
Nació el 17 de julio de 1932 en Champagne, Francia.
En 1950 se orienta hacia la enseñanza y será profesora durante tres años.
En 1953, a los 21 años, ingresa en las Hermanitas del Sagrado Corazón de Charles de Foucauld En 1959 hace profesión perpetua.
Desde 1958, parte en misión a Kbab en Marruecos, luego a Argenteuil en ambiente magrebí y en 1968 a Argel. Intenta entrar en la gran aventura espiritual de comprender al otro dentro de su propia tradición religiosa. Lee el Corán y reza en grupos donde los cristianos y los musulmanes rezan juntos.
También sabe vivir muy cerca de la gente de su barrio pobre, en el respeto, la amistad, en las pequeñas cosas de la vida, los servicios solicitados y los servicios prestados.
Siguiendo a Jesús en Nazaret, deja traslucir el amor de Dios que la habita en los encuentros sencillos de la vida. Sabe analizar la situación política y es consciente del peligro: “El momento presente es un momento privilegiado para vivir con mayor verdad la fidelidad a Jesucristo y al Evangelio.”
Murió en Argel por disparos de un terrorista cuando se dirigía a misa el 10 de noviembre de 1995. No se le quitó la vida, porque la había entregado profunda y conscientemente.
Los siete hermanos de Tibhirine - Trapenses
En la noche del 26 de marzo de 1996, siete monjes del monasterio de Tibhirine fueron tomados como rehenes y asesinados unas semanas más tarde, en la primavera de 1996.
Los siete hermanos, muy diversos entre sí, estaban unidos por el amor al pueblo argelino, el respeto al Islam y el deseo de la pobreza. Esta segunda vocación, inspirada en la gran vocación cristiana y cisterciense, los ha llevado a testimoniar juntos la Pascua del Señor con la ofrenda de su vida.
Las biografías de los 7 se encuentran en la página del sitio dedicada a ellos
Dom CHRISTIAN DE CHERGÉ El prior del monasterio, es el animador de un camino espiritual. |
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Frère LUC DOCHIER
El hermano converso Luc Dochier, gruñón pero profundamente humano, se había vuelto legendario en la región gracias a sus servicios a los enfermos.
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Père CHRISTOPHE LEBRETON
Era el más joven. Pertenecía a la generación de la revuelta estudiantil de 1968.
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Frère MICHEL FLEURY
Era un trabajador incansable, hombre sencillo y silencioso, deseoso de participar plenamente en el misterio pascual de Cristo.
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Père BRUNO LEMARCHAND
Superior de la casa anexa de Fez, en Marruecos, era un hombre mesurado y profundamente humilde.
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Père CELESTIN RINGEARD
Poseía una rica sensibilidad y era muy bueno en las relaciones interpersonales. |
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Frère PAUL FAVRE-MIVILLE
Era muy hábil en los trabajos manuales, servicial y amigo de todos. |
Monseñor Pierre Claverie (1938-1996) - Obispo de Orán - Dominico
La vida y la muerte de Pierre Claverie, 1938-1996, dominico y obispo de Orán, ofrecen una respuesta a los signos de nuestro tiempo, caracterizados por tensiones a menudo violentas entre personas que viven una fe y creencias diferentes.
La incesante búsqueda de Dios y la llamada a todos los creyentes que hace Claverie, a vivir juntos en paz y en respeto recíproco, encuentran expresión en una existencia dedicada totalmente al anuncio de la propia fe: una larga fidelidad, donde su compromiso en favor del diálogo ha sido el centro y su vida el precio.
El 1 de agosto de 1996, Pierre Claverie, obispo de Orán, fue asesinado junto con el joven argelino Mohamed, su chófer.
Itinerario de una vida entregada
Pierre Claverie nace en Argel el 8 de mayo de 1938. En 1957, en la Universidad de Grenoble, asiste a los cursos de matemáticas, física y química. En 1958 se orientó hacia la Orden de Predicadores. Conservará siempre vivo en sí mismo el carisma de la Palabra, para la cual estaba particularmente dotado.
De 1959 a 1967 estudió teología en Saulchoir. Regresa definitivamente a Argelia en 1967: “Después de la independencia pedí volver a Argelia para redescubrir el mundo en el que había nacido… Ahí comenzó mi verdadera aventura personal.” Inmediatamente se pone a estudiar el árabe. En 1970, el obispo de Constantine-Hipona, monseñor Jean Scotto, lo toma como colaborador personal.
Pero en 1973 se le pidió que se ocupara del centro de lenguas y de pastoral de Glycines, en Argel.
El 5 de junio de 1981 fue nombrado obispo de Orán. Participa a fondo en el debate social y político y se sitúa en las líneas de frontera donde se forma el futuro del país, pero también donde la vida está en peligro. Como obispo y como dominico, rechaza el silencio; al contrario, impulsa la palabra con lucidez hacia la audacia de la verdad. La vida será el precio.
Sus palabras: “Ahora debemos compartir el sufrimiento y la esperanza de Argelia con amor, respeto, paciencia y lucidez.”
“A menudo me han preguntado: ¿Vuelves a casa? ¿Dónde está nuestra casa? Estamos aquí por el Mesías crucificado: ¡Por ninguna otra razón y por ningún otro!... Es una cuestión de amor.”
“El martirio es el mayor testimonio de amor. No se trata de correr hacia la muerte, ni de buscar el sufrimiento por el sufrimiento… pero derramando la propia sangre uno se acerca a Dios.”
“La santidad es ante todo una gran pasión. Hay locura en la santidad, la locura del amor, la locura misma de la cruz, que se burla de los cálculos y de la sabiduría de los hombres.”
Un amigo musulmán escribió: “Hay hombres que, por haber percibido de antemano el sentido de la historia… emergen del destino común de los mortales por acciones de gran alcance de humanidad o de verdad… Estos hombres, movidos a menudo por una reflexión moral exigente, no dudan en asumir su parte de responsabilidad por amor a la verdad… Monseñor Claverie ha sido uno de esos hombres excepcionales, en su búsqueda para crear puentes entre los hombres de cualquier fe u origen, en su lucha para que el derecho a la diferencia pueda ser aceptado y vivido sin restricciones, en un diálogo sincero y sin reservas…”
Página realizada por Giovanni Bigotto. Marista, primer postulador de la causa de beatificación.